Es natural querer comenzar a invertir tan pronto como aprendemos sobre finanzas personales. Sin embargo, uno de los errores más comunes es apresurarse a generar rendimientos sin contar con una base sólida que nos respalde. A pesar de la tentación de buscar el crecimiento rápido, invertir sin un fondo de emergencias puede resultar en pérdidas significativas en momentos de crisis. ¿Por qué? Porque, cuando los imprevistos ocurren, tener que recurrir a nuestras inversiones para cubrirlos puede arruinar nuestra estrategia financiera a largo plazo. Así que, antes de empezar a invertir, es fundamental tener un fondo de emergencias que te permita afrontar cualquier situación inesperada sin tener que comprometer tus ahorros invertidos.
¿Cómo puedes asegurarte de que tus inversiones prosperen? En este artículo, exploraremos por qué primero debes construir un fondo de emergencias, cómo puedes hacerlo crecer de forma segura y cómo balancearlo con tus otras metas financieras.
¿Por qué invertir antes de tener un fondo de emergencias es un riesgo?
Cuando te adentras en el mundo de las finanzas personales, es fácil dejarse seducir por la idea de invertir lo antes posible, de multiplicar tu dinero y alcanzar tus metas rápidamente. La tentación de buscar rendimientos, especialmente cuando ves ejemplos de grandes inversionistas o escuchas sobre los altos rendimientos de ciertos activos, puede llevarte a pensar que lo más importante es comenzar a invertir cuanto antes. Sin embargo, invertir sin tener un fondo de emergencias sólido puede poner en peligro tus finanzas a largo plazo.
La razón principal es simple: cuando inviertes, tu dinero está en riesgo. Aunque hay muchas formas de generar ingresos mediante inversiones, desde bienes raíces hasta acciones, siempre existe la posibilidad de que tu capital disminuya, especialmente en situaciones económicas adversas. Sin un fondo de emergencias, no tendrás un colchón para protegerte en caso de que surjan gastos inesperados o si tus ingresos se ven interrumpidos. Esto podría obligarte a recurrir a tus inversiones en el peor momento posible, es decir, cuando el valor de tus activos ha disminuido.
Imagina que has estado invirtiendo en acciones o en algún instrumento de renta variable. Has acumulado una cantidad significativa, pero un evento inesperado, como la pérdida de empleo o una emergencia médica, te obliga a retirar dinero de tus inversiones para cubrir esos gastos. Si lo haces en medio de una caída del mercado, no solo estarás retirando dinero en el peor momento, sino que estarás vendiendo a precios bajos, incurriendo en pérdidas innecesarias.
Por ejemplo, si compraste acciones cuando su valor estaba en $100, y después, debido a un evento inesperado, tienes que venderlas cuando el valor de las acciones ha caído a $80, estarías perdiendo dinero. A medida que el mercado fluctúa, las inversiones no siempre tienen un valor constante, y el riesgo de perder capital aumenta. Si en ese momento no tienes un fondo de emergencias, tu única opción será liquidar activos a un precio desfavorable, lo que puede dañar tu estrategia financiera a largo plazo.
Este escenario pone de manifiesto lo esencial que es tener primero un fondo de emergencias antes de lanzarte a invertir. El fondo de emergencias actúa como un salvavidas financiero, permitiéndote mantener tus inversiones intactas hasta que el mercado se recupere. Así, cuando llegue el momento adecuado, podrás vender o diversificar tus activos sin presión, maximizando los rendimientos y protegiendo tu patrimonio.
En resumen, aunque las inversiones pueden ser una excelente manera de hacer crecer tu dinero, hacerlo antes de tener un fondo de emergencias sólido puede poner en riesgo tus finanzas. Para lograr un crecimiento financiero seguro y estable, es necesario primero establecer una base sólida con un fondo de emergencias que te permita manejar las sorpresas económicas sin afectar tu estrategia de inversión.
Construye tu base financiera antes de comenzar a invertir
Es tentador lanzarse directamente al mundo de las inversiones en cuanto comienzas a aprender sobre su potencial para generar ganancias. Sin embargo, antes de dar ese paso, es crucial que tengas una base financiera sólida: tu fondo de emergencias. Este fondo no solo te protege en momentos de crisis, sino que también te permite hacer crecer tu dinero de manera más eficiente, sin tener que depender de tus inversiones en tiempos difíciles.
Al contar con un fondo de emergencias, puedes mantener tus inversiones a largo plazo sin la presión de tener que vender activos en momentos inoportunos. De hecho, tener este fondo primero es clave para que tus inversiones crezcan de manera estable y segura. Una vez que tengas cubiertos de tres a seis meses de tus gastos, podrás dedicarte a tus inversiones con más confianza y sin el temor de que cualquier contratiempo pueda desajustar tus planes financieros.
Si ya tienes el hábito de «pagarte a ti mismo primero» (te recomendamos leer «Págate Primero: Toma Control de tus Finanzas«) y has comenzado a ahorrar regularmente, el siguiente paso es destinar parte de esos ahorros a la creación de un fondo de emergencias. Esto te permitirá estar mejor preparado para enfrentar imprevistos, y además te dará la estabilidad necesaria para aprovechar las oportunidades de inversión sin preocuparte por deshacerte de tus activos en momentos difíciles.
Si aún no sabes cómo empezar con tu fondo de emergencias o quieres saber más sobre su importancia, te invito a leer el artículo completo sobre cómo crear uno. Tener un fondo de emergencias no es solo un paso hacia la estabilidad financiera, sino una estrategia inteligente para hacer crecer tu dinero sin riesgos innecesarios.
«Fondo de Emergencias: Tu Red de Seguridad Financiera»
Las mejores opciones para guardar tu fondo de emergencias de manera segura y rentable
Una vez que hayas decidido la cantidad que deseas ahorrar para tu fondo de emergencias, es hora de elegir dónde guardarlo. La opción más adecuada para este tipo de ahorro es un lugar seguro, accesible y que ofrezca al menos un rendimiento que permita que tu dinero no pierda valor debido a la inflación. Aunque el fondo de emergencias no está diseñado para generar grandes ganancias, es importante que no lo dejes simplemente en una cuenta corriente que no rinda nada.
En México, existen varias opciones que te permitirán mantener tu dinero seguro mientras le generas un rendimiento modesto. Al momento de redactar este artículo las opciones más populares y conocidas son Mercado Pago, Nu y Stori; instituciones que ofrecen altos rendimientos con riesgos relativamente bajos.
Otra opción viable son los instrumentos de renta fija como los CETES, el instrumento de inversión más seguro en México y con el cual puedes obtener ganancias sin preocuparte si la institución en la que invierte tiene unas finanzas sólidas o si existe el riesgo de que no vaya a pagar a sus prestadores.
Si bien no debes esperar grandes rendimientos con estos instrumentos, su principal ventaja es que son de bajo riesgo y muy líquidos, lo cual es esencial para que puedas acceder a tu dinero en caso de una emergencia.
Recuerda que el propósito principal de un fondo de emergencias es tener acceso rápido a tu dinero en momentos críticos, por lo que debes elegir instrumentos que te permitan hacerlo sin penalizaciones o grandes esperas. Sin embargo, aunque es importante mantener la liquidez, también es fundamental que el rendimiento sea lo suficiente para que tu dinero no pierda poder adquisitivo con el tiempo.
Cómo equilibrar el fondo de emergencias y tus otras metas financieras
Un fondo de emergencias es una herramienta poderosa para protegerte ante imprevistos, pero también es normal querer avanzar en otros objetivos financieros. La clave está en equilibrar tus prioridades y dividir tus ahorros de manera estratégica a medida que construyes tu fondo.
- Primeros $10,000 o $15,000: Este es el monto más importante, ya que representa un pequeño colchón que te permitirá enfrentar imprevistos menores sin afectar tu presupuesto o incurrir en deudas. Dedica el 100% de tus ahorros a este objetivo inicial. Este número es simplemente como referencia, si tus gastos en un mes son mayores a esta cantidad podrías cambiar este objetivo por un mes de tus gastos.
- De $10,000 o $15,000 a 3 meses de gastos: Una vez que tengas este colchón básico, puedes empezar a destinar el 25% de tus ahorros a otras metas, mientras el 75% sigue fortaleciendo tu fondo. Es el momento ideal para comenzar a ahorrar para cosas como tu retiro, un viaje o un teléfono nuevo. Sin embargo, tu fondo sigue siendo prioritario porque aún es pequeño para cubrir emergencias más grandes.
- De 4 a 6 meses de gastos: Con un fondo más sólido, ajusta el porcentaje: dedica el 50% de tus ahorros a tu fondo y el 50% a otros objetivos financieros. Esto te permitirá diversificar y trabajar en más metas sin dejar de proteger tu estabilidad.
- Más de 6 meses de gastos: Una vez que alcances entre 6 y 12 meses de gastos, reduce la prioridad de tu fondo al 25% o menos. Este nivel te brinda una tranquilidad importante ante crisis prolongadas, como las vistas en 2020. Más allá de un año, podrías considerar que tu dinero crezca mejor en instrumentos de inversión.
Este enfoque gradual te permite avanzar en tus metas financieras sin comprometer la estabilidad que brinda un fondo de emergencias sólido.
No te espantes, no hay prisa
Ahorrar para un fondo de emergencias puede parecer abrumador, especialmente cuando escuchas cifras como “6 meses de gastos” o “1 año”. Es normal pensar: “¿Cómo voy a juntar tanto? Tendría que dejar de gastar para lograrlo en pocos años”. Pero la verdad es que no hay necesidad de apresurarte ni de comprometer tu calidad de vida.
Comienza con pasos pequeños. Tu primer objetivo son esos $10,000 o el equivalente a un mes de gastos. Una vez que lo consigas, el proceso se vuelve más manejable, ya que puedes destinar menos cada mes y tomar un ritmo más relajado. Incluso si te toma cinco años llegar a los 12 meses de gastos, lo importante es avanzar y encontrar un balance entre construir tu fondo y disfrutar de la vida.
Recuerda: la estabilidad financiera es un maratón, no una carrera. Construir un fondo de emergencias te permitirá invertir con mayor confianza en lo que realmente importa para tu futuro.
¿Qué gastos debería cubrir tu fondo de emergencias?
Un fondo de emergencias no tiene que ser una solución para absolutamente cualquier imprevisto. Su propósito principal es cubrir gastos necesarios e inesperados que no pueden posponerse, sin afectar tu estabilidad financiera ni tus inversiones.
Por ejemplo, el fondo puede ayudarte a:
- Pagar el deducible de un seguro médico o de auto.
- Cubrir reparaciones urgentes en tu hogar, como una fuga de agua o un problema eléctrico.
- Afrontar gastos básicos en caso de perder tu fuente principal de ingresos.
Lo importante es entender que este fondo es una herramienta complementaria. Para emergencias más grandes, como cirugías costosas, reemplazo de un auto o desastres naturales, se recomienda tener seguros adecuados que cubran estas eventualidades. El fondo no debe ser un sustituto del seguro, sino un apoyo para cubrir lo que éste no alcanza, como los deducibles o gastos iniciales.
De esta manera, puedes mantener tus inversiones y otros ahorros a salvo, permitiendo que sigan creciendo mientras te ocupas de lo imprevisto con tranquilidad.
Conclusiones
Construir un fondo de emergencias sólido es un paso fundamental en tu camino hacia la estabilidad financiera. Este recurso no solo protege tus finanzas en momentos difíciles, sino que también te permite invertir y alcanzar tus metas con mayor confianza y menos riesgos.
Recuerda que no se trata de ahorrar por ahorrar, sino de establecer una base sólida que te respalde ante cualquier imprevisto. Desde juntar tus primeros $10,000 hasta llegar a 6 meses o más de tus gastos, cada paso es una inversión en tu tranquilidad y libertad financiera.
No te desesperes; el progreso lleva tiempo, y lo importante es avanzar con consistencia. Poco a poco, alcanzarás un monto que te haga sentir protegido y listo para enfocarte en tus objetivos más ambiciosos, desde tu retiro hasta los sueños que te inspiran a seguir adelante.
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